¿Las experiencias adversas de vida y su relación con la estima personal?
- Ruth Sosa
- 7 jul 2024
- 4 Min. de lectura
Este enfoque temático conlleva a realizar un análisis personal y darnos cuenta de las experiencias adversas vividas en el pasado y que día a día minan nuestro presente, causando malestares fisiológicos, rumiación mental, alteración del estado de ánimo, evitación social, depresión, ansiedad y por ende dañando nuestra estima personal.
Pero, cuáles pueden ser esas experiencias adversas o hechos traumáticos que se reconstruyen con mucha carga emocional y que afecta el estado psicológico y conductual de la persona, dañándola integralmente. Entre estos acontecimientos podemos mencionar.
- Abandono y negligencia en la infancia, maltrato y violencia sexual, física y emocional en la niñez y adolescencia, convivencia con familias disfuncionales, abuso de drogas, alcoholismo y prostitución dentro de la familia. 
- Carencias económicas críticas que llevaron a la marginación y vivencia de vida en las calles, víctimas de trata de personas. 
- Relaciones de pareja víctimas de violencia física, sexual y psicológica, infidelidad en pareja, separaciones violentas, divorcio conflictivo. 
- Incomprensión en la inclinación y preferencia sexual, sufrir discriminación y critica autodestructiva de cualquier tipo. 
- Incomprensión de padecer cuadros psicológicos donde se evidencia conductas donde no se válida ese comportamiento sino el rechazo social. 
- Afrontar situaciones de desempleo, fracasos profesionales, sentirse excluído socialmente, ser víctima de burla social, haber estado en detención carcelaria. 
- Maltrato físico y psicológico en la vejez, duelo complicado (Pérdidas de un ser querido hasta pérdida total de la familia). 
- Accidentes de alto riesgo que impactaron a la persona y familia, o en algunos casos dañaron la imagen corporal de la persona causando problemas de autoestima. 
- Enfermedades discapacitantes que han conllevado a la discriminación y a la exclusión. 
Por lo que existen una serie de postulados de expertos que han analizado estos factores y han formulado teorías con fines de evidencia científica como estas experiencias adversas afectan la estima y originan secuelas originando alteraciones y traumas psicológicos.
Para Bessel van der Kolk, MD. En su libro “El cuerpo lleva la cuenta”, en el apartado sobre superar el trauma escribe. “Nadie puede tratar una guerra, un maltrato, una violación, un abuso sexual, o cualquier otro acontecimiento horrendo, en este sentido. Lo que ha sucedido no se puede deshacer. Pero lo que si se pueden tratar son las huellas del trauma en el cuerpo, la mente y el alma: las sensaciones aplastantes en el pecho que podemos etiquetar como ansiedad o depresión, el miedo a perder el control, estar alerta ante el peligro o el rechazo, el odio hacia uno mismo; las pesadillas y los flashback…”.(250-251). Da muestra en su escrito como los traumas provocan alteraciones en el cuerpo y reacciones emocionales hasta el repudio hacia sí mismo, cuando el trauma aún no está procesado sobrevienen muchos sentimientos que se vuelcan hacia la persona incidiendo en la estima provocando además sentimiento de culpa, incapacidad, temor social, soledad, retraimiento, vergüenza, y otros síntomas relacionados que en su conjunto van conformando otros cuadros psicopatológicos.
Otro postulado relacional está el de Rojas, L. M. (2007) “La causa más común de daños duraderos a la autoestima es ser víctima, de forma continuada, de la violencia cruel e intencionada por parte de nuestros semejantes. Estas experiencias persistentes suelen ocurrir en ámbitos en los que las personas no pueden escapar de sus agresores, bien sea por razones físicas, bien por causas psicológicas, económicas o sociales”… “además de estos daños corporales, la violencia familiar duradera causa en las víctimas graves trastornos de identidad, destruye la confianza en sí mismas y desfigura el significado de su existencia, al descomponer el sistema de normas y principios que dan sentido a su vida”. (p.104).
Para Fenell, citado por Roca Elia. (2020), considera que la baja autoestima “es uno de los problemas más comunes en la práctica clínica, que se asocia a una amplia gama de problemas emocionales, interpersonales y psiquiátricos, y que la baja autoestima puede dificultar que las personas que la padecen se beneficien del tratamiento psicológico o que se mantengan bien después de que termine el tratamiento”. (p.165)
Roca Elia (2020). “Los problemas de autoestima son muy comunes en la psicoterapia. Pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de otros problemas y pueden dificultar que muchos pacientes se beneficien del tratamiento psicológico, o que se mantengan bien después de finalizar con éxito dicho tratamiento”. “Los problemas de autoestima pueden asociarse a otras psicopatologías”. (p. 161). Describe además que el DSM IV-R “reconoce el papel de la autoestima en otros trastornos, aunque utiliza términos afines como la autovalía, la auto imagen o la autocrítica”, mencionando entre estos a la depresión, los trastornos de personalidad (dependientes y evitativos, narcisistas, limite), ansiedad, psicosis (psicoafectivos, esquizofrenia), trastornos de alimentación (anorexia y bulimia). (p.162).
Según, Bermúdez-Moreno, J; Pérez-García, A, M. et al. (2011), “Una baja autoestima se ha relacionado con diversos desordenes psicológicos y estados afectivos negativos, como la ansiedad, la depresión, la hostilidad o la alineación (Rosenberg y Owens, 2001), así con otros indicadores de desajuste, como la evitación, el conflicto y el aislamiento”. (p.561)
De igual manera Bermúdez-Moreno, J; Pérez-García, A, M. et al. (2011), cita la referencia de la American Psychiatric Association (1987). “una baja autoestima se encuentra presente en una buena parte de los diagnósticos psiquiátricos y por lo tanto, en las relaciones disfuncionales con el entorno”. (p.17)
Ante lo anterior no cabe duda, la importancia de la intervención de la autoestima ya sea esta como resultante de los factores biopsicosociales vividos o por esquemas de creencias de la persona que fueron motivadas por esos eventos traumáticos, requiriendo para ello la necesaria intervención a fin de desarrollar recursos y habilidades psicológicas a fin de potenciar e impactar para el futuro, así como tratar todas las secuelas del trauma que limitan y estancan el desarrollo ecuánime y bienestar de la persona. Es imprescindible a la vez, de buscar formas de auto cuido que motive el desarrollo de esa estima personal, así como evitar las condiciones de vida que podrían estar impactando en el hoy de las personas que son víctimas de abuso e intervenir ya que todos tenemos ese compromiso moral y social de minimizar y controlar patrones de vida que no favorezcan el bienestar familiar y social.
Bibliografía
Bessel, A. van der. K. (2015). El Cuerpo lleva la cuenta. España: Eleftheria.
Bermúdez, M. J., Pérez, G. A. M. y Ruiz, C. J. A.,…(2011). Psicología de la personalidad. España: Grafo. S. A.
Roca, E. (2014) Autoestima Sana (2° Ed): Una visión actual basada en la investigación. España: Paidós.
Rojas, M. L. (2007). La Autoestima. España: Espasa Calpe.
Elaborado. Ruth Sosa.
Psicoterapeuta.





Comentarios