La psicoterapia no es una maratón: es un camino de autoconciencia.
- Ruth Sosa
- 27 jul
- 5 Min. de lectura

¿Cuántas veces hemos deseado que sanar fuera tan rápido como seguir un plan de entrenamiento? Como si bastarán 12 sesiones, una tras otra, para llegar a la "meta". En una maratón hay un punto de inicio, un recorrido preestablecido y una meta final.
En cambio, en psicoterapia es más un camino personal, no lineal, con pausas, retrocesos, momentos de claridad y otros de confusión, de espera, de abrirse, de dolor, espacio para sentir, de analizar, de acompañarse, de recorrer el pasado, de autoconocimiento, de encontrarse, es un paso a la vez… “No se trata de llegar rápido, sino de llegar profundo.” Se hace pausa para mirar dentro y se sigue cuando el cuerpo y el alma lo permiten. No hay atajos, ni fórmulas universales, ni garantías inmediatas. Es un proceso profundamente humano, y como todo lo humano, es imperfecto, impredecible y valioso justamente por eso.
No hay un cronómetro marcando el paso ni una cinta de llegada esperando al final. No hay medallas ni espectadores aplaudiendo cada avance. En realidad, muchas veces el avance ni siquiera se nota a simple vista. Porque en terapia, avanzar a veces es detenerse o llorar o guardar silencio durante una hora entera porque no hay palabras para lo que se siente.
No se trata de llegar más rápido a "superar algo", sino de comprender, abrazar, reconstruir, de habitar los propios ritmos, de escucharse sin exigencias, de sanar sin apuros. Y sobre todo, de descubrir que no hay una meta final, sino una forma distinta de caminar la vida, más en contacto con uno mismo. Quien entra a terapia no necesita velocidad, necesita espacio. Un espacio para ser sin prisa, para sentir, para verse desde adentro, ser sensitivo y compasivo, no hay velocidad ……solo entrega para uno mismo.
Por qué “no puedes correr” en psicoterapia:
Es un proceso gradual: La terapia es un camino donde se exploran emociones, pensamientos y patrones profundos. Ir demasiado rápido puede hacer que la persona se sienta abrumada o que evite enfrentar lo que realmente necesita sanar.
El cambio requiere tiempo y paciencia: La mente y el corazón necesitan espacio para adaptarse a nuevas formas de pensar y sentir. Correr en terapia puede ser intentar forzar el cambio, pero la transformación auténtica suele ser lenta y sostenida.
La resistencia y las defensas necesitan ser reconocidas: A veces queremos correr para huir del malestar, pero en terapia aprender a observar esa resistencia es clave para poder trabajarla y superarla.
No es una carrera, es un camino de autoconocimiento: Cada persona tiene su propio ritmo y sus tiempos. Respetar ese ritmo es fundamental para que la terapia sea efectiva y auténtica.
Correr puede significar evitar lo que duele: A veces, cuando queremos acelerar, estamos evitando sentir o enfrentar emociones difíciles.
La sanación es un proceso de presencia y respeto por tus tiempos internos.
La psicoterapia no es una carrera ni una competencia. Es un viaje íntimo hacia el interior, donde cada paso por pequeño que sea tiene un significado profundo. Cuando comienzas a mirar tus emociones, tus heridas, tus patrones, lo que haces es abrir puertas que pueden haber estado cerradas durante años. Correr en este camino significa intentar forzar esas puertas, empujar de manera acelerada lo que tu mente y tu cuerpo no están listos para procesar.
Sanar no es escapar ni apresurarse, sino detenerse y sentir con valentía. Es permitirte atravesar momentos de incomodidad, de incertidumbre y de vulnerabilidad sin huir. En terapia, esos momentos son los más valiosos porque ahí se encuentra el potencial de transformación auténtica.
Además, cada persona tiene un ritmo único. El ritmo de su mente, su historia, su cuerpo y su corazón. Tratar de correr sobre ese ritmo es como querer adelantar una semilla que necesita tiempo para germinar, crecer y florecer. Si no respetas ese proceso natural, la semilla puede no arraigar bien y la flor no podrá abrirse con toda su belleza.
En terapia también aprendemos que la resistencia no es un obstáculo para vencer, sino una señal para comprender. A veces, cuando sentimos ganas de huir o de acelerar, es porque hay partes internas que temen el dolor o la incertidumbre. Abrirte a esas partes con paciencia y sin juicio es una forma poderosa de integrar y sanar.
Finalmente, la psicoterapia es un espacio seguro donde puedes ser honesto contigo mismo, sin presiones ni expectativas aceleradas. Aquí, el valor está en estar presente, en escuchar tu historia con compasión, y en darte permiso para crecer paso a paso. Así que, aunque a veces tengas ganas de correr, recuerda que la verdadera fortaleza está en caminar despacio, con atención y amor hacia ti mismo. Solo así podrás llegar más lejos, más profundo, y realmente transformarte.
Por tanto, el tema de la psicoterapia no es un proceso apresurado ya que el consultante debe avanzar a su propio ritmo, referencia que podemos ampliar con escritos de especialistas en la literatura psicológica, especialmente con enfoques que valoran la presencia, el respeto al proceso interno y la alianza terapéutica. Por ejemplo Carl Rogers fue pionero en enfatizar la importancia de la alianza terapéutica basada en aceptación incondicional, empatía y congruencia. Para él, la terapia no puede ser apresurada porque el cliente debe sentirse seguro para explorar a su propio ritmo. Frases como “La terapia no es para que el terapeuta corra, sino para que el cliente encuentre su propio camino” reflejan su postura.
Irvin Yalom, terapeuta existencial habla de la terapia como un proceso donde el tiempo no se puede acelerar, porque la persona debe enfrentarse a su propio miedo, dolor y existencialidad.
Mientras que Peter Levine enfatiza la importancia de respetar el ritmo del cuerpo para sanar, sin forzar ni apresurar el proceso terapéutico. Habla de que la sanación somática debe ser paciente y gradual, permitiendo que el sistema nervioso se regule a su propio tiempo.
Daniel Siegel resalta la importancia de la presencia y la atención plena en terapia. Advierte contra intentar “forzar” el cambio o acelerar el proceso, ya que el cerebro necesita tiempo para integrar nuevas experiencias y aprendizajes.
Estos autores y enfoques destacan que la psicoterapia efectiva es un proceso donde la presencia, la paciencia, el respeto por el ritmo del cliente y la alianza terapéutica segura son claves. No es un proceso para “correr” o forzar, sino para acompañar.
Por tanto, la psicoterapia es un arte sutil de acompañar, es un espacio donde el tiempo se dilata, y donde cada persona puede encontrar el lugar y el ritmo que necesita para sanar. Correr en terapia no solo es inútil, sino que puede ser contraproducente. La verdadera fortaleza está en detenerse, respirar, y caminar con presencia, abriendo el camino desde la paciencia y el respeto profundo por uno mismo.
"La transformación profunda surge cuando permitimos que el tiempo sea nuestro aliado, no nuestro enemigo." Ruth Sosa.
Rogers. C. (1961) . El proceso de convertirse en persona. Editorial Paidos.
Levine, P. A. (1997). Waking the Tiger: Healing Trauma. North Atlantic Books.
Siegel, D. J. (2010). Mindsight: The New Science of Personal Transformation. Bantam Books.



Comentarios