La crítica patológica: Nuestra versión de la perfección absoluta.
- Ruth Sosa
- 1 nov 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 1 nov 2024

En la práctica clínica se ha identificado un patrón común que casi siempre se trabaja dentro del proceso psicoterapéutico, que es el manejo de la autocrítica. Pareciéndome, importante retomarlo y hablar un poco al respecto.
Uno de las referentes de interés y que recalca la crítica patológica Dr. Mattew Mckay y Patrick Fanning en su libro Autoestima (2018) acuñe que el termino fue descrito por el psicólogo Eugene Sagan para “describir la voz interior negativa que te ataca y te juzga”.
Por lo que los primeros hacen las siguientes consideraciones:
- La crítica te culpa de lo que va mal. Te compara con los demás con sus logros y sus puntos fuertes y siempre te encuentra insuficiente. 
- La crítica te pone unas metas de perfección imposibles y luego te castiga ante el mínimo error. 
- Tiene apuntado todos tus fracasos, pero ni una vez te recuerda tus logros ni tus puntos fuertes ….. 
- La crítica exagera tus debilidades asegurando que “siempre dices estupideces”, que “siempre estropeas las relaciones” o “que “nunca acabas nada a tiempo”. 
- Se dedica a debilitar tu valía, todos y cada uno de tus días… 
En realidad, la crítica es un maltratador psicológico, capaz de controlar tus pensamientos y bombardear todos tus deberías.
Entre otras referencias explicativas que podemos valorar son las descritas por Lorena De R., Ariel D. Valle y otros enfocando el tema de Perfeccionismo y Autocrítica: Consideraciones Clínicas en la Revista Argentina de Clínica Psicológica, (2012) que se detallan conceptualmente, y describen “La autocrítica es concebida como un estilo cognitivo de personalidad mediante el cual el individuo se evalúa y se juzga a sí mismo. Se la considera actualmente de manera multidimensional (Dunkley, Blankstein, Zuroff, Lecce y Hui, 2006) presentando un aspecto disfuncional o desadaptativo y por otra parte un aspecto más adaptativo. En su aspecto funcional debería tener un rol importante: evaluar criteriosamente el propio comportamiento detectando conductas adecuadas e inadecuadas. Las conductas adaptativas incrementarían la percepción de autoeficacia del individuo. Esta percepción permite la construcción de una identidad por la cual la persona se siente capaz de lidiar con las contingencias negativas de la vida.
Una crítica justa identificaría las conductas inadecuadas con el fin de corregirlas, permitiendo de este modo poder desempeñarse en el futuro con mayor eficacia. En este sentido, la psicoterapia es un ámbito en donde estas acciones se privilegian, ya que aumenta la capacidad de percepción y reflexión hacia sí mismo, detecta las conductas funcionales reforzándolas y se focaliza en las conductas disfuncionales, intentando modificarlas para aumentar el control y la adaptación al entorno”.
En base a esta referencia podemos retomar que la falta de reflexión conlleva al individuo a minar su autoconcepto y autoestima con conceptos bien arraigados de sí mismo, siendo la autocrítica muchas veces desfavorecedora formando esquemas y creencias globales como persona, siendo necesario entonces la valoración entre una autocrítica funcional y disfuncional.
Si bien, podría describirse que el autocritico se le evidencia patrones desfavorecedores en la cual se tendría que trabajar para la mejora.
Un autocritico con frecuencia:
- No valora su esfuerzo personal. 
- Mantiene sentimientos de inseguridad e insatisfacción personal. 
- Es común, la autocrítica negativa para sí mismo y se arraiga más cuando la crítica 
proviene de personas cercanas en la cual tiene un arraigo y apego.
- Sentirse poco visible ante el grupo inmediato o de referencia. En caso un 
sentimiento de no pertenencia.
- Tendencia al aislamiento y temor a la crítica social. 
- Descontentos, lábiles emocionalmente, fluctúan hacia el bajo de ánimo. 
- Reactivos ante la crítica, pasivo-agresivo, impulsivos, poco tolerantes. 
Thompson y Zuroff (2004) proponen que hay dos tipos de autocrítica. La primera es la autocrítica comparada. Donde la persona se evalúa y se define negativamente a sí mismo, en comparación con los demás sintiéndose minimizada en comparación con los otros. El segundo tipo es la autocrítica internalizada. Es la visión negativa de sí mismo, es la valoración deficiente ante sus logros, puede conllevar a una mayor autoexigencia sin mayor promesa de sus capacidades y éxitos, hay una nula visión positiva de sí misma/o.
Para estos, autores “la autocrítica se vincula con el perfeccionismo, ya que la persona autocrítica al no reconocer su logro, aumenta los estándares con la ilusión de que al lograrlos experimente satisfacción, manteniéndose de este modo el circuito autodesvalorizador. Es decir, la vinculación entre los dos constructos se manifiesta de dos maneras: por un lado, cuando los perfeccionistas no alcanzan sus altos estándares de desempeño aparece una autoevaluación punitiva. Por otro lado, las personas autocríticas al estar permanentemente insatisfechas consigo mismas se imponen objetivos mayores con la ilusión de que al alcanzarlos experimenten finalmente bien estar, incrementando, de esta manera, cada vez más sus estándares. Estos hechos llevan a Shafran, Cooper y Fairburn, (2002) a concluir que la autocrítica es el factor mantenedor central del perfeccionismo disfuncional”.
Si bien, estos patrones que pueden conllevar a desarrollar comportamiento compulsivos, depresivos por la exigencia, labilidad emocional, cambios bruscos de carácter, ansiedad, las personas se vuelven más vulnerables y más pendientes de sus errores, desarrollando cuadros psicológicos más complejos como los trastornos alimentarios, ideas suicidas, cambios exacerbantes en su personalidad, tienen la base en el constructo de la autocrítica.
Elia Roca en su libro Autestima Sana. (2014). Cita a Ellis, que propone una alternativa para evitar problemas relacionados con las autoexigencias es “la aceptación incondicional”, y el cambio de exigencias por preferencias, en lo referido a uno mismo y a la obtención de las propias metas, lo que implica “aceptarse uno mismo y sentirse valioso como ser humano, no depende del propio comportamiento ni de los logros obtenidos, ni tampoco de la aprobación de los demás, sino que se mantiene de forma incondicional, pase lo que pase”. Describiendo las valoraciones siguientes:
§ Convencernos de que uno mismo es quien determina la propia valía, sin hacerla depender de la aprobación de otras personas.
§ Aceptar nuestros fallos y limitaciones como algo normal, relacionado con el hecho de que somos seres humanos falibles.
§ Evaluar nuestras habilidades y rasgos, pero no autoevaluarnos globalmente, aceptando que la valía de cualquier ser humano sea algo incondicional.
§ Valorarnos por el hecho de existir, sin calificarnos como buenos o malos, y sin exaltarnos por nuestros logros ni rechazarnos por nuestros fallos o déficits.
§ Aceptarnos plenamente y sin condiciones, tanto si nos hemos comportado de forma inteligente, correcta o competente, independientemente de la aprobación o el rechazo que nos brinden los demás.
Una de las psicoterapias que enfoca la autocrítica y se desarrolla para tratarla eficazmente es la terapia centrada en la compasión de Paul Gilbert, que señala en su texto : “la CFT se desarrolló originalmente para y con gente que sufría de niveles elevados de vergüenza y autocrítica y a la que le resultaba difícil tranquilizarse a sí misma o generar sentimientos de calidez y apaciguamiento interno (Gilbert, 2000a, 2000b, 2007a; Gilbert & Irons, 2005). La CFT se centra en el proceso más que en el trastorno porque la vergüenza y la autocrítica son procesos trans-diagnóstico que están asociados a una amplia variedad de trastornos psicológicos (Gilbert & Irons, 2005; Zuroff, Santor & Mongrain, 2005).
Entre otras psicoterapias favorecedoras esta la terapia de aceptación y compromiso donde se aplica la defusión cognitiva y la terapia de sistema de familia interna analizando los fines de la parte autocrítica y conocer la dinámica interna que juega en la persona.
Siendo importante entonces, que la autocrítica puede ser abordada en psicoterapia dentro de un esquema de trabajo identificándola como esta afecta y moviliza funcional o disfuncionalmente al individuo, como esa carga afecta el estado emocional, provocando inestabilidad y estrés, así como modificando patrones de conducta, valorándose que este cambio de perspectiva de sí mismo puede ayudar a minimizar, controlar y erradicar el origen de otras alteraciones psicológicas.
Referencias:
-De Rosa, L; Valle, A. D.; Rutsztein, G. ; Keegan, E. Perfeccionismo y Autocrítica: Consideraciones clínicas Revista Argentina de Clínica Psicológica, vol. XXI, núm. 3, noviembre, 2012, pp. 209-215. Fundación Aiglé Buenos Aires, Argentina
-Gilbert, P. (2015). Terapia Centrada en la Compasión. Editorial Descleé de Brouwer. S. A. España.
-Roca E. V. (2014). Autoestima Sana. ACDE Ediciones. España.
-McKay M; Fanning, P. (2018) . Autoestima. Editorial Sirio. España.




Comentarios